lunes, 28 de noviembre de 2011

Julio Alfredo Zúñiga Jorquera (1996-2011)

En el día de ayer, nos llegó la penosa noticia: nuestro compañero, estudiante y amigo dejaba, finalmente, este aquí y ahora, para remontarse hacia esa otra dimensión, aquella que le esperaba desde hace un tiempo y en la que el dolor ya no existe.


Aún lo recuerdo en mi oficina junto a su padre. Éste me explicaba su larga enfermedad y lo hacía delante de él, mientras adivinaba en la mirada de Julio esa luminosidad que le acompañaría hasta ayer. Adiviné en su sonrisa esa fuerza interna que lo impulsaba a dar todo de sí. En él no cabía la lamentación ni la lástima. Todo él era resolución y ganas de vivir a plenitud cada segundo que la vida le brindaba. Sabía que en cualquier momento dejaría esta realidad y se empeñaba en hacer lo mejor posible aquí y ahora.


Un gran ejemplo nos dejas, Julio. Nuestro lema: "El desafío de ser los mejores", lo encarnaste en tu actuar diario. Eres el mejor ejemplo de lo que hay que hacer en esta vida. Nada de flaquezas. Nada de quejas. Supiste que la vida no es sólo derechos; sino, además, deberes. Tu responsabilidad a toda prueba impedía echarle la culpa al empedrado. Asumías el cien por ciento de responsabilidad en todo lo que emprendías, tú te construías cada día tu propia y rica realidad.


Querido Julio, desde donde estés, ilumínanos para seguir tu senda, esa huella profunda que has dejado en el camino para que no equivoquemos la ruta. Algún día, esperamos reencontrarnos contigo y podamos afirmar ante ti que dimos todo lo que pudimos de nosotros para dar un significativo sentido a nuestra vida.


Julio, descansa en paz.


Tu Director

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