martes, 28 de agosto de 2012

Reflexión

Ante los acontecimientos en curso y que dicen relación con la Educación Pública, creo necesario constar aquí algunas cuestiones que debieran orientar nuestra reflexión.

A nadie cabe duda que la Educación Pública presta una utilidad sobresaliente en la movilidad social de los alumnos más pobres del país. De desaparecer ésta, se produciría una mayor brecha social y que podría traer serias consecuencias para el país.

En el caso particular de los Liceos TP, la situación es más sensible por cuanto nuestra experiencia muestra que la movilidad social de nuestros titulados es real y demostrable. Por ende, debemos protegerla.

En los últimos años, nuestro Liceo, gracias a la SEP y a la generación de recursos propios, ha podido adquirir y optimizar la implementación de vanguardia de nuestros Laboratorios.

La continua postulación a Proyectos y la obtención de recursos por esta vía ha permitido (y permitirá) actualizar equipos y profesores, lo que contribuirá a la excelencia de nuestros futuros técnicos.

Asimismo, el establecimiento establece convenios y alianzas estratégicas con empresas y entidades de educación superior cuyo objetivo es que nuestra unidad educativa se mantenga en la primera línea del desarrollo profesional.

Resulta evidente, entonces, que nuestros niños y jóvenes pueden, en este Liceo, proyectar convenientemente su vocación y hacer realidad un cambio vital que favorezca a todas sus familias.

Lo anterior bastaría para afirmar que en este centenario establecimiento educacional se innova para satisfacer las necesidades de las familias que han confiado sus hijos. Es decir, tenemos una educación pública que está cumpliendo su tarea de promover social y económicamente a sus egresados.

Ésta es la manera de salvaguardar la educación pública. Cualquier otra, sólo merma su posibilidad de mejora.

En la toma que vivimos en el pasado y que duró sólo 16 días, nuestra unidad educativa tuvo una pérdida de 24 millones de pesos en especies cuyo uso era para los propios alumnos. Obviamente, ésta no es la forma de salvaguardar la educación pública y es la comunidad entera la que debe velar porque no ocurra esta merma importante en el futuro.
 
Vivimos una coyuntura histórica para hacer de la educación un medio de justicia social. Si no la aprovechamos, serán las  futuras generaciones quienes nos pedirán cuenta.
 
 

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